
En pleno invierno uruguayo, cuando el viento sureño te corta la cara y los días parecen más cortos que la paciencia en una cola del BPS, hay una tradición que nunca falla para calentar el alma: una buena ronda de juego de mesa entre amigos.
No importa si afuera llueve, graniza o si el pronóstico dice “frío polar con chance de quedarse a vivir”, cuando se arma la mesa, se reparten las cartas, se tiran los dados o se colocan las fichitas, el tiempo pasa volando y el frío se olvida. Acompañados de un buen mate (ese que va de mano en mano con más vueltas que un dado de rol) o de una taza humeante de chocolate caliente con bizcochos, el juego de mesa se convierte en el plan ideal para una noche de invierno.
Un poco de historia sobre los juegos de mesa (sin dormirse, lo prometemos)
Aunque hoy existen miles de juegos de mesa modernos, esta forma de entretenimiento no es ninguna novedad. Ya en el antiguo Egipto, hace unos 5.000 años, se jugaba al Senet, un juego que mezclaba suerte y estrategia (como cualquier partido de truco bien jugado). En la China imperial ya tiraban dados y movían fichas mucho antes de que llegaran los memes. Y en Europa, durante la Edad Media, los tableros eran tan populares como el pan duro y los castillos.
Con el tiempo, surgieron clásicos como el ajedrez, el backgammon, el Monopoly y más acá en el tiempo, joyitas modernas como Catan, Carcassonne, Dixit, Terraforming Mars o el infaltable UNO, que todavía genera peleas familiares por una +4 mal jugada.
¿Por qué el invierno y el juego de mesa hacen tan buena pareja?
Porque cuando hace frío, todo lo que implique quedarse en casa y reírse con amigos es un gol de media cancha. Además, no necesitás pantallas, enchufes ni conexión a WiFi. Solo ganas de pasarla bien, unas cuantas neuronas activas (dependiendo del juego) y buena compañía.
Hay juegos para todos los gustos: de estrategia, de azar, de palabras, cooperativos, competitivos, para reírse o para tomarse en serio. ¿Te gusta pensar mucho? Probá con 7 Wonders o Agricola. ¿Sos más de juegos rápidos y graciosos? Jungle Speed, Exploding Kittens o Codenames pueden ser lo tuyo.
¿Y dónde consigo mi próximo juego de mesa?
En X Uruguay (que sí, son unos cracks) te pueden asesorar para que elijas el juego de mesa perfecto según tu grupo, tu presupuesto y hasta tu nivel de tolerancia a perder (sí, vos, que rompiste el tablero la vez que te ganaron al Risk). Ya sea para una noche con amigos, una tarde con la familia o incluso para partidas en pareja, tienen de todo y te lo explican sin tecnicismos. Porque el mundo del juego de mesa puede ser amplio, pero con alguien que te guíe, se disfruta mucho más.
El invierno uruguayo no tiene por qué ser gris y aburrido. Con un juego de mesa, un mate calentito o una buena merienda, podés convertir cualquier tarde fría en una experiencia cálida y memorable. Reíste, pensá, competí (con respeto), y sobre todo: pasala bien.
Porque pocas cosas abrigan tanto como el calor de hogar… y una buena revancha al TEG.